Thursday, March 30, 2006

Los Sueños de los Niños

Foto de Educar Chile

El diario chileno, La Tercera, publica hoy un interesante artículo sobre los sueños de los niños y entrega algunas luces de cómo las imágenes oníricas pueden llevarnos a las mamás a saber qué pasa con nuestros hijos en el día.
El estudio lo hizo la siquiatra estadounidense Gillian Holloway, quien además es autora de "El completo libro de los sueños y sus interpretaciones".
Aplico copy/paste ahora:

Los sueños sí pueden decir mucho de los temores y preocupaciones de los menores.
Así lo explica la siquiatra esta-dounidense Gillian Holloway -autora de El copleto libro de los sueños y sus interpretaciones- en la revista iVillage.

Monstruos aterradores

En la mayoría de los casos están escondidos en el armario o bajo la cama, aunque en otros se trata de uno específico que persigue al niño. En este último caso, los papás pueden estar seguros que se trata del temor del niño hacia una persona. En el primer caso, los monstruos representan estresores. Si se repiten, los adultos deben ver qué ocurrió el día previo: ¿Fue castigado o duramente reprendido? ¿Tuvo problemas en el jardín o con algún amiguito? Lo curioso, dice la doctora, es que los padres podrán constatar que basta con comenzar a hablar de un sueño para que los hijos comiencen a expresar una serie de temores y esperanzas que habitualmente no comunican.

La caída

En muy pocos casos, puede tratarse de una infección al oído que esté afectando el equilibrio del menor, lo que pudiera ocurrir tras un resfrío. En otros casos, refleja que ciertos cambios o procesos que los adultos consideren como superados pudieran no estar siendo bien asumidos: cambios en la rutina cotidiana, ingreso al colegio, mudarse a una nueva casa o, incluso, cambio de niñera.

¡Bichos en la cama!

Si el hijo o hija asegura que la cama se llena de bichos en la noche o que éstos quieren entrar a su habitación, también puede tratarse de una situación de cambio que no esté siendo bien asumida. Principalmente, se trata de casos que involucran al niño, como sucede con la llegada de un hermano menor.

Volando en sueños

Este tipo de contenidos permite al niño realizar tareas heroicas o hacer uso de mágicas habilidades. Tales fantasías, indica Holloway, permiten al menor experimentar el éxito cuando pone en práctica poderes personales como su imaginación, el coraje o la compasión para resolver problemas. Si los padres piden al hijo que dibuje sus sueños, pueden aprender más de qué fortalezas siente el menor que posee, así como las áreas en las que sería bueno fortalecerlo/a.

Volando... para escapar

En los menores que bordean los seis años, un sueño recurrente es que son capaces de correr a altísima velocidad cuando están siendo perseguidos por villanos. Curiosamente, estos sueños pueden continuar hasta la adultez, y la habilidad de correr es a veces reemplazada por la de volar. En los niños, refleja un gran desafío que deben cumplir y del cual desean escapar. "Al parecer, este sueño no denota sólo la sensación de estar encarando algo difícil, sino de que existe la capacidad para superarlo".

Un juguete inocente y bueno se vuelve malo

Imagine cuán terrible puede ser que el juguete preferido repentinamente cobre vida y se convierta en el peor enemigo. O que un inocente conejito muestre feroces dientes y un ánimo de ataque. Este sueño -que suele ser común en la infancia- habla de una persona o situación en la vida de un pequeño que se ha vuelto, repentinamente, amenazante. Pueden ser cosas tan simples como un compañerito/a de jardín que a veces se torne agresivo con el hijo, o una actividad física que a veces le cueste más realizar.

La bruja

Aunque muchos padres aseguren que nunca han dejado que sus hijos vean películas donde aparecen personajes clásicos del terror infantil, como las brujas, éstas suelen aparecer en el imaginario de los pequeños, ya sea a través de cuentos y otros contactos con amigos. Puede ser malvada o tener, en algunos casos, unos pocos rasgos amables. Suele tratarse de una persona de la vida real, alguien que a veces es un poco bruja. La imagen de la mamá o el papá demasiado severo o enojón puede verse reflejada en esta fantasía. La clave aquí es asegurarles a los hijos el amor paterno en forma incondicional, para que se sientan seguros. Los mensajes como "mamá y papá siempre estarán contigo para ayudarte" y "te queremos siempre, incluso cuando estamos enojados", ayudan a reducir la malignidad de la bruja.

Otras fantasías nocturnas y sus significados

En general, dice la siquiatra Gillian Holloway, lo mejor es hablar con los niños en la mañana, durante el desayuno, sobre los sueños de la noche anterior. Así se sentirá seguro e, incluso, podrá bromear acerca de las pesadillas.

Un animal malvado

Este tipo de sueño suele involucrar a un animal feroz y salvaje que persigue e intenta capturar al niño. En otros casos, es una mascota que se ha vuelto malvada. La araña que intenta capturar al hijo o el león con sus gigantescas garras pueden estar siendo el reflejo de una persona que está causando problemas y miedo al niño. Es bueno pedirle al menor que dibuje a la criatura que lo persigue y que narre el guión del sueño, que suele ser el mismo cada vez que éste ocurre. El niño por sí mismo no suele ser capaz de ver la relación con lo que ocurre en su vida cotidiana, por lo que es bueno preguntarle días después cómo están las cosas en el colegio o con sus hermanos.

Expuesto a las burlas

De la misma forma en que los adultos a veces sueñan que aparecen desnudos en una reunión de trabajo o que son ridiculizados, los niños también pueden tener angustiantes pesadillas en las que son expuestos a la burla de los demás. Estos sueños pueden aparecer cuando el niño está en un ambiente en el que las demandas de rendimiento son altas, como el ingreso a primero básico o sus primer período intenso de pruebas. Para reducir su intensidad, los padres pueden asegurarle que en estos procesos el hijo estará acompañado y que lo ayudarán en cada etapa, ya sea a hacer tareas o estudiar.

Niño atrapado o paralizado

A veces, en algunos sueños, el niño se siente paralizado o atrapado y sin la posibilidad de escapar de alguna crisis que se aproxima (una tormenta o una ola). Junto con mostrar que el pequeño se siente amenazado o estresado por una circunstancia, hay algo en el entorno del menor que le impide pedir ayuda. Suelen emerger cuando los niños ven a los padres discutir mucho y ellos sienten que no pueden preguntarle a ninguno de los dos.


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