Jesús
Mi abuela le dice a Emilio que rece antes de dormir. Emilio, tendido en la cama, le responde que no vale la pena rezar porque
Jesús vive demasiado lejos:
que es mejor llamarlo por teléfono.
que es mejor llamarlo por teléfono.
Emilio es mi hijo. Lo alojé dentro mío por nueve meses y sigo llevándolo a donde voy, siempre. Porque los dos compartimos no sólo los nueve meses de ocupamiento, además, hemos creado un código común que pasa por las conversaciones, la forma de mirarnos y la manera en que veo mi alma fundida con la de este niño maravilloso que según me confiesa viene directo del cielo. Bienvenidos al blog de Emilio, mi hijo.
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